domingo, 3 de febrero de 2013

Veo una voz (Oliver Sacks)

Lamento, lamento, lamento....lamento no haberlo podido acabar. Me interesaba enormemente el tema, la cuestión de como veían el mundo los sordos, como era su forma de comprender el universo. Pero el enfoque del libro hace que se me acabe cayendo de las manos. Muy interesante la distinción entre los sordos primarios o de nacimiento y los que no lo son, en especial porque la capacidad cognitiva de los primeros -los que jamás escucharon- es tan distinta a los segundos, que en realidad recuerdan o memorizan aún los sonidos.
 
Pero hay un momento en que el libro pasa a la historia de la sordera y de los hospitales y escuelas para sordos; de las distintas corrientes de enseñanza, de sus reivindicaciones...y la verdad, el tema comenzó a ser fangoso, áspero, poco interesante para mí....y al final....sacrilegio, sacrilegio...pero si...tocó abandonarlo.
Lo lamento señor Sacks
De todas formas tengo buenas referencias del hombre que confundió a su mujer con un sombrero, así que, en cuanto lo tenga a tiro le devuelvo el guante.

Anna Karenina (Leon Tolstoi)

Leer a los grandes jamás defrauda. Y sentir como alguién te habla desde 1875 y tú eres capaz de entenderle tampoco.
Desde mi punto de vista, quien diga que se trata de una novela única, irrepetible, perfecta, etc...se estaría (y nos estaría) engañando. Lo fue en su época, en un contexto determinado y bajo la coyuntura de una literatura a la que Tolstoi superó con creces. El lenguaje a veces es fangoso, anacrónico. Los personajes son lineales, predecibles en algunos casos.
Pero engancha, vaya si engancha. A pesar de todo es magistral el tratamiento de las grandes pasiones y el perfil de una sociedad caduca, transnochada, como eran los estratos aristocráticos rusos previos a la revolución. Nobles cargados de deudas y hastiados de fiestas. El honor como estandarte. Y como no, la pasión desbocada de Anna Karenina que la lleva hasta el abismo. Amor u honor, ese es el gran dilema.
Perfecto el personaje de Levin, un contrapeso a toda la aristrocracia petulante. Y magnifica la crítica velada que aparece a trompicones de una sociedad en clara decadencia, más pensando en lo que estaba por ocurrir una veintena de años después de que fuera escrita. La mismísima revolución Sovietica, que en buena medidad fue una reacción a esa estructura social obsoleta.
La novela forma parte de la biblioteca de Sergio.
De lectura imprescindible.
Con algo más de tiempo, enfrentaremos Guerra y Paz.


Los sinsabores del verdadero policia (Roberto Bolaño)

Si alguien va siguiendo este blog se habrá dado cuenta de la cantidad de entradas que estoy efectuando hoy. No. No me he leido todos los libros introducidos en las últimas semanas. De hecho no estoy guardando orden cronológico alguno de lectura. Pero sí que me ha agarrado el impulso de ponerme manos a la obra, de ir "fichando" los distintos ejemplares que, tras su lectura, van colmando los estantes de mi librería.
Esta pieza en concreto la leo durante el viaje de ida y vuelta a Estados Unidos (Agosto-Septiembre 2012). Conocía al autor por referencias, por una obra llamada "2666" -que no he leido aún- y al verlo mientras compraba guías de viaje, decidí adquirirlo junto con la trilogía de Nueva York.
Reconozco que sentado en el sillón incómodo de un avión, a siete mil pies de altura y rodeado del continuo ir y venir del pasaje y la tripulación, no es el mejor lugar para desflorar un libro. Pero lo que se intuye es fabuloso.
Se trata de una novela desenfocada -multienfocada mejor- que narra sin orden ni concierto alguno las vivencias de un profesor que de Barcelona se ve obligado a trasladarse a Santa Fe, un pueblo de méxico. Pero lo cierto es que éste es el único resumen que se puede hacer, ya que la novela carece de trama en sí; o mejor dicho es el propio lector -el policía- el que debe construir su propia novela con los retazos que el autor va desgrando a lo largo de las páginas.
Por hacernos una idea, es como si cogiéramos la correspondencia o el diario de una persona fallecida, fuésemos leyendo sus pasajes, sus comentarios, sus frases sueltas, sus post it, sus dibujos a vuela pluma, y todo eso intentáramos integrarlo en una trama lógica.
Una novela incompleta pero no inacabada, leo por ahí. Y es verdad. Y eso es lo innovador. Si al final es el lector el que hace siempre su propia composición, su propia elucubración, ¿para qué hay que dar más que una serie de pistas sin final?...quien quiera leer ya construirá su propia lógica.
Desde el punto de vista estilístico, Bolaño - a quien no había leido hasta ese momento- me ha parecido extraordinario. Como todos los sudaméricanos. En su juventud había escrito poesía, y esa lírica que emana de las palabras, como en Galeano, como en Márquez, se nota y mucho.
Muy recomendable, aunque reconozco que me la tengo de volver a leer.

La trilogía de Nueva York (Paul Auster)

He oido que algunos a esta obra la han dado en llamar un "Thriller metafísico". También podrían llamarsla novela negra filosófica o escrito de la realidad fantasmal, o cualquier cosa, ya que lo cierto es que los tres cuentos que conforman la trilogía, constituyen un relato inclasificable.
Por ello muchos comentaristas señalan que es un paso hacia la novela post moderna, un salto al vacio que o puede quedar en una mera transgresión intelectual sin mucho recorrido, o como es el caso, puede ser el trampolín de una nueva dirección narrativa.
A mi, personalmente, Auster es un autor que me encanta. No se trata solo de originalidad, o de innovación. Es algo que late en la potencia de la prosa; algo parecido a Milan Kundera. Esa forma de escribir, en apariencia sin más pretensión de la de trasladar una información, y de pronto te das cuenta que cada palabra es como si te golpeara, como si impactara en alguna parte de tu ser. Insisto, como si las frases fueran como una aprisionadora que te va aplastando, hasta ningunearte.
Lo real y lo irreal se mezclan en toda la trama. Lo onírico y lo imaginario al lado de lo que aparenta ser verdad. ¿Un ensayo sobre la locura, sobre la angustia del ser neurótico de la gran ciudad?
No lo sé; no tengo capacidad para saberlo. Pero si que puedo sentir la potencia de un texto único, que no deja indiferente. Que te hace preguntarte continuamente si se trata tan sólo de una escena que te están contando o de una locura creativa.
Aunque resguardé la novela para leerlas tras el regreso de nuestro viaje por USA, lo cierto es que Nueva York aparece a lo largo de la trama como telón de fondo, como elemento sustancial no protagonista, pero sí presente, que envuelve el relato; más que como un decorado, como un elemento más de la neurótica forma de contemplar de los distintos personajes.
De lectura -y relectura- obligada.

El símbolo perdido (Dan Brown)

Bueno. Si uno busca literatura de gran altura, pues eso, más vale que deje olvidado este tipo de novelas en el cajón más oscuro de su biblioteca. Pero mi opinión es que este tipo de relatos están para lo que están, para distraer, como las malas peliculas que nadie ve como apogeos del cine de todos los tiempos, sino para echar una siesta con algo de ruido de fondo.
En lo que a mi respecta, acogí sin reservas esta novela con la finalidad de desempalagar, y la verdad es que no fallé. Se trata simplemente de dejarte llevar, sin pedir nada, más que algo de distracción. Además debo decir que me abrió boca para el viaje que tenía programada a Washintong el verano pasado (2012) así que me vino perfecto para tener una referencia en mi visita a la ciudad.
Respecto de la trama, apunta una misteriosa relación entre un símbolo de gran poder que se encuentar oculto en algún lugar de la capital de los estados unidos, mezclado con una investigadora de lo que se llama la ciencia "no ética" y.....
En fin tampoco se trata de desarrollarlo mucho más...a quien le apetezca que se lo lea y que se distraiga un rato.
 


L'aprenentatge de la soletat (David Vilaseca)

Leo algo perplejo que David Vilaseca murió el 9 de Febrero de 2010, con cuarenta y seis años de edad.  Este siempre es el problema de ir actualizando los blogs con tanto retraso, que al final te encuentras con noticias tan funestas como ésta.
Respecto de la novela, en realidad un diario literario, al leerlo uno ya tiene la sensación que posee algo -o mucho- de autobiográfico. Los elementos centrales, tratados desde el intimismo, desde la introspección son la vida universitaria, la homosexualidad, la tensión entre el Barcelona (y la familia) y Londres (o el futuro) y sobre todo la dependencia neurotica que emana de las relaciones de pareja. La figura onmipresente de Josh, un novio de juventud del que el protagonista -David- no logra desprenderse a pesar del forcejeo. De ahí el título, l'aprenentatge de la soletat, la soledad como una conquista, y el aprendizaje místico del solitario como meta.
Leo por la red a otra comentarista con la que comulgo. Es reiterativa. Sincera, pero reiterativa -en el fondo toda neura lo es. Y precisamente ese caracter repetitivo hace que durante su lectura uno tenga en ocasiones la sensación de un "deja vu" continuo.
Hay, no obstante, un enfoque muy destacable en la forma en la que Vilaseca narra las vivencias de la Homosexualidad londinense: los baños públicos de las estaciones de metro como lugar de encuentro anónimo, la fugacidad simplista de las relaciones en los bares del Soho, la misma perplejidad del personaje cuando se ve arrastrado en esa especie de torbellino de sexualidad.... 
Me sorprendió un pasaje; uno en el que narraba como los ejecutivos de la city, para relajarse de las duras jornadas, se sometían a sesiones de sado disfrazados de niños en pañales...
Un diario que es una puerta a la locura del mundo, a las neurosis de la vida...
Y un texto algo cansino la verdad, aunque solamente por la puerta que nos abre al corazón íntimo del autor, puede merecer la pena.
 

El Rey Lear (William Sheakspeare)

Escribo esta entrada después de asistir a la puesta en escena de Ximo Flores en el Teatro Rialto de Valencia. Un clásico readaptado con mucho acierto; con algo de riesgo pero con mucho tino.

Leida hace ya algún tiempo, esta pieza del genio Inglés ya me pareció en su momento una obra maestra, no sólo por el lenguaje elevado y la potencia de cada uno de los personajes, sino -y esto es lo sorprendente- por lo actual de sus planteamientos. Y es que, en el fondo, los elementos que conforman el alma humana y el sentido último de la vida (las relaciones familiares, la traición, la locura, la fidelidad, la muerte como factor final) son tan propios del hombre del Siglo XVII como de un funcionario del ayuntamiento de hoy. Y eso es lo mágico que tiene la literatura: un autor te habla desde el fondo de los siglos y tu eres capaz de entenderlo como si fuera el susurro de alguien que viaja a tu lado en el autobús.

Respecto de la puesta en escena de Ximo Flores, desde mi punto de vista es alucinante, impactante. Todos los actores están acertadísimos: es una obra que trata de las grandes pasiones, así que pasionales son todos los personajes. Y lo bueno del gran teatro, es que no lo hacen falta muchos artificios para convertirse en un espectáculo; bastan cuatro elementos decorativo-simbólicos, quizás una pantalla de proyección para descerrajar alguna imagen, y poco más.

Ver un Sheakspeare siempre deja algo en uno. Algo que se deja sentir allá en el fondo del estómago, el lugar donde habitan los sentimientos difícilmente explicables.

Fenomenal. ¡¡¡ 

sábado, 26 de enero de 2013

STONER (John Williams)



 
En realidad se trata de un descubrimiento doble. Cronológicamente,  el primero fue el de la Libreria de Leo, un sitio de libros, regentado por  personas de libros. Su ubicación excelente, en pleno centro de Valencia, frente al Palacio del Marques de Dos Aguas. Su ideario, mejor aún: libros  más espacio creativo dedicado a la literatura (talleres de lectura, presentación de libros...). Es allí donde encuentro (por recomendación de Leo) esta pieza inclasificable, abrumadora, perfecta. Stoner de John Williams.

Es la misma prosa atronadora de Faulkner, el mismo estilo fastuosamente desnudo, sin artificios, sin florituras. Sólo una prosa contundente como una aprisionadora, envolvente como la niebla.

La historia es simple. La biografía de un profesor anodino y gris de una Universidad del MidWest norteamericano. Pero no es la historia, es la construcción del personaje, de Stoner, su aparente indiferencia ante lo más terrible, ante la desgracia, ante la perplejidad de un siglo cargado de guerras y de podredumbre, lo que da peso a toda la novela. Como asiste  desde una visión peculiarísima de aparente indolencia a los acontecimientos de todo un siglo (las dos guerras y el crack de 1929) y a sus propias desgracias íntimas.

Tangencialmente aparece el tema de la enseñanza, de las intrigas universitarias. Del estudio y del conocimiento como valor superior. De la muerte, tanto la física, como la moral. Del amor. De la vida, de....

Como acostumbro, he leido algunas consideraciones en la red sobre el autor y su obra. Nadie habla de los diálogos. Tan básicos y tan reveladores a la vez. Pocas palabras entrecomilladas para decir tantísimo.

Dicen de esta que es la novela perfecta. Un rotundo "de acuerdo" por mi parte.