Sorpresón.
De mis bajos fondos bibliotecarios saco la pieza. La miro con desdén, con un claro prejuicio: "menudo ladrillo" me digo...
Creo que algún punto de mi educación literaria me impulsaba a pensar que el tal Moliere era uno de esos autores imbebibles de la época rococó de la literatura cortesana del XVII.
Sin embargo algo me impulsa a comenzarla, ese don que tienen los libros de hacer que, tras leer la primera estrofa, necesites concluirlos; y entonces llega la sorpresa.
Amable, diáfana, divertida, lo más parecido a lo que en nuestro cine actual llamamos una comedia ligera o incluso una comedia romántica...
Con Harpagón como núcleo central de la trama, un viejo ávaro que se encapricha de la jóven Mariana, también pretendida por el hijo de áquel, Cleanto, y cómo no, con el personaje de Frosina como alcahueta de la obra.
El nudo de la trama se gesta cuando Harpagón tiene que decidir entre su dinero, que en un ardid le ha sido hurtado, o su capricho mujeriego por Mariana. ¿Por qué optará Harpagón?
Pues deberéis leerlo para saberlo....
De recomendable lectura, aunque sólo sea por el afán de reirse un rato con el extremismo de la avaricia como elemento de lo grotesco.