domingo, 8 de enero de 2012

WOYZECK (G. Buchner)

Llego a este texto de la forma más hermosa que se puede llegar a una narración: para representarla. Me corresponde en ella el papel del Doctor, uno de los varios personajes que atormentan a Woyzeck.
Cuando lo leí "a pelo" (sin información de clase alguna sobre el texto dramático que me endiñaban) comprendí bien poco de la trama y de la historia, pero percibí en el texto algo profundo que no supe identificar de partida. Ese algo se, hoy que es poesía. Es un texto teatral cargado de la misma esencia con la que el poeta arma sus versos: de desolación, de desconcierto, de amor, de desamor, de ingenuidad.

Woyzeck es un militar sin rango. Un hombre mísero, pobre y analfabeto. Contra él se ciernen lo que los científicos del arte han titulado "las fuerzas institucionales", un capitan que le hace la vida imposible, su mujer infiel, el doctor que experimenta con el (el doctor le somete a una ingesta de guisantes durante tres meses para ver los efectos que produce en su organismo) como si fuera una covalla....cada escena es una mezcla de árida crítica social y de una ironia procaz, intensa y subliminar...tragicomédia en estado puro...

Una obra fantástica para cuya interpretación y desentrañamiento ha sido gloriosa la presencia de Juan Mandli, nuestro maestro de teatro.

Pero la sorpresa mayúscula alcanza cuando se tiene en cuenta que: a) se trata de una obra inacabada de Buchner, que murió a los 23 años y b) Que la prematura muerte del autor lleva a que no se sepa con exactitud el orden en que deben representarse las escenas, existiendo varias teorias al respecto.

El Woyzeck es un mito del teatro contemporáneo y su texto se lo merece. Ha sido representado insistentemente como símbolo del desconcierto profundo frente al ser humano y la nobleza del miserable.

La Escena de Woyzeck y el Doctor en el laboratorio la ensayamos hasta la saciedad Carlos y yo entre Noviembre de 2011 hasta las navidades de ese mismo año.

LINEA DE SOMBRA (Joseph Conrad)


Joseph Conrad
 Por si alguién no lo sabe tengo la costumbre de leer el libro comentado, pero antes de introducir el post, pegar un vistazo por el ciber espacio tanto de la obra como del autor. Y claro en ocasiones uno se lleva alguna que otra sorpresa.
La línea de Sombra es una novela corta del autor cuya lectura deja un tanto perplejo. Un tipo que llega a un puerto oriental, presumiblemente en china o cerca de los golfos índicos. Por un azar de la vida le conceden la capitanía de un barco y una misión de transporte...pero la fortuna quiere que en ese primer viaje, una especie de calma chica provoque la absoluta inmovilidad del navio y la consiguiente desesperación de sus tripulantes.
A eso se añade la forma de escribir en aquellos años (1917) tan rimbombante, tan adjetivada, tan magnificiente.
Sin embargo al leer otro blog sobre la misma obra, alguien (sin duda bastante más sabio que yo) advierte que la lectura de esta obra ha de serlos en términos psicológicos, de arquetipo, una lectura profunda y simbólica...

Llegar a la capitanía del barco simboliza tomar las riendas de la propia vida, la calma chicha, las dificultades por las que se atraviesa el proceso hacia la madurez, las fiebres, las recaidas, y, según explica mi desconocido autor del blog consultado, cada personaje tiene en la historia un rol arquetípico, un papel a-temporal y simbólico a lo largo de todo el relato...ahora que lo pienso, todos los personajes enferman menos el capitan protagonista y un cocinero enfermo del corazón, que no lo hacen...ahora me pregunto el por qué simbólico de todo esto....
No me considero un intelectual. A lo sumo un intento de ser ilustrado. Por eso, cuando cojo un libro lo que busco es el deleite, la hermosura, la gracia, la experiencia compartida, el sentimiento de otro hecho en mí, o todas esas cosas a la vez. Pero de momento me siento incapaz de de emprender un texto con la finalidad de abordarlo para desentrañar el simbolísmo escondido que el autor ha querido dejar oculto en algún rincón de la obra o en toda ella.
Sí. Es un poco como el cine de autor. Locura para los entendidos. Y un simple encogimiento de hombros para los simples ilustrados.

DIME QUIEN SOY (Julia Navarro)


Un libro sin pretensiones particulares. En el ámbito literario digo, donde sin duda no pasará a la historia por haber abierto una puerta a la prosa innovadora. La fuerza en este caso habita en la historia; la de Amelia Garaoya, una mujer de su tiempo fuera de su tiempo, aventurera, sagaz, determinada...aunque con acierto la propia autora nos la presenta como una mujer a la que su destino le llega impuesto por las veleidades de la vida y del amor. No es, pues, una heroina, sino más bien una mujer sujeta al contubernio de las fuerzas de una época y de terceros, que posiblemente hubieran dejado a cualquier otra sumida en el más absuto de los conformimos, pero que el espíritu indomito de la protagonista la llevan a vagar entre miles de aventuras de un lugar a otro.
Lo curioso del caso, es que dime quien soy, es un libro que temporalmente hablando comienza donde (más o menos) acaba la Caida de los Gigantes de Follet, y por tanto con la estela de la revolución sovietica recién cumplida. Por tanto valga el comentario efectuado en el post anterior: para los jóvenes y no tanto que quieran actualizar los puntos álgidos de la primera cincuentena del siglo pasado, nada mejor que embocar las mil novecientas hojas que suman entre ambas novelas, para hacerse una idea aproximada de como fueron las cosas.
Insisto en que el libro divierte, mantiene alerta al lector, pero no es pretencioso en cuanto a sus ambiciones literarias. Además corre un ligero riesgo de circularidad:  las historias parecen repetirse una y otra vez, en distintos tiempos ficticios, en distintas etapas históricas...pero lo cierto es que queda una cierta sensación de dejà vu, de esa escena ya la he visto yo antes...Igualmente el final es algo previsible, un lector mínimamente inteligente lo percibe ya...además la autora deja algún que otro "más que evidente" cabo suelto.
De esos libros que la gente suele llamar de Verano, que colman las librerías, que se venden como churros de feria, pero que dejan un cierto sin sabor desustanciado.


LA CAIDA DE LOS GIGANTES (Ken Follet)

Ken Follet es uno de aquellos autores de éxito que realmente merecen el éxito. La trama, la acción, la medida de los tiempos, la forma de ambientar cada esena, la presencia de los personajes, todo constituye un fascinante y mágico entramado que te hace permanecer enganchado al texto.

Esta obra que trata de los origenes y sucesos que acabaron desembocando en la primera guerra mundial y la revolución Rusa de 1917 desde la óptica de variopintos personajes cuya intra historia sirve a la vez para explica la historia en mayúsculas. Un minero Galés, un conde británico, un diplomático norteamericano, un sovietico de la primera línea de fuego..el amor entre una aristócrata Britanica y un diplomático alemán....

Pero para mi gusto excesivo. Es cierto que cogerse a un libro enciclopédico como este más bien viene dado por el gusto de recorrer de su mano ciertos aspectos de la hostoria universal, que por el hecho mismo de la trama. Esto no me ocurrió con la lectura de los pilares de la tierra en la que, desde el principio hasta el final, fue la trama la que me mantuvo en vilo y no el potencial del elemento hostórico de fondo.

Desde mi más humilde e insignificante opinión, doscientas páginas menos le hubieran dado más viveza al texto y posiblemente, un peso menor a escenas que por repetitivas, se pueden hacer cansinas.

En cualquier caso un texto de lectura más que recomendable, no tanto por el amor a la literatura, sino como trampolín para descubrir las claves de una parte de la literatura universal.

Fue un regalo de mi madre de las navidades de 2010 que tuvo cabida en mis lecturas en Noviembre de 2011.