Desde que leí "Una pequeña Historia sobre casi Todo", siempre me ha gustado con entablar relación (a distancia, eso sí) con los libros de divulgación cientifica. Este lo encontré de casualidad, por azar, en la librería de la Universidad de Valencia de la calle Artes Gráficas (mientras hacía tiempo por, precisamente, matar el tiempo).
Haciendo un pequeño aparte sí me gustaría reflexionar sobre los libros que nos muestran en primera línea de venta. Visité hace escasos días venecia y en los varios paseos pude comprobar como sus librerías colman las vitrinas de auténtica joyas del pensamiento moderno (Fukuyama, historia de la Libia reciente, libros de pensadores...). Aquí en cambio, nuestras librerias se adornan de los últimos best-sellers y éxitos de ventas, y salvo alguna honrosa excepción pocos son los libreros que se apartan del mercadeo y ponen en primera plana piezas de relumbron no comercial, pero apetitosas desde el punto de vista del conocimiento.
Algo así pasa con un libro como éste; un libro que debería estar en la cabecera de cama de cualquier chaval que acabara de cumplir los dieciocho o de cualquier persona con una mínima ansia de saber de su entorno. Un entorno complejo, donde sólo la matemática y ciertos aspectos de la ciencia son capaces de revelar ciertas claves ocultas.
En este sentido, el libro contiene una reflexión fulminante, y a mi juicio muy acertada: si a uno le preguntan quien es Cervantes y no lo sabe, se le tilda de analfabeto. Sin embargo, si se le pregunta por quien es Heisenberg, y no lo sabe (el padre del principio de Incertumbre matriz de la física cuántica por si alguien no...) se considera algo anormal; no hay pues una conciencia del analfabetismo cientifico, aunque en puridad se pueda ser tan analfabeto en un sentido (el humanista) como en otro (el matemático).
El libro se forma de varios ensayos que fueron publicándose entre 2001 en adelante en varios diarios y forma una especie de totum revolutum de información, urdida por un vínculo que es la aproximación a la ciencia y matemática moderna. Lo cierto es que a un libro de estas caracteristicas se le puede sacar un partido enorme pero yo me quedo:
a) Con el origen de la voz Museo, que parte del Museion de Alejandria, que en origen era el templo de las musas que en aquella ciudad se reconvirtió en un laboratorio para el público en general.
b) Con la llamada Transferencia Greuen, técnica psicológica avanzada que ha logrado descubrir que sin relojes, sin ventanas y con disposiciones uniformes el ser humano se desorienta lo que le avoca al consumo como salida.
c) Y por supuesto todo el/los capitulos dedicados a las redes complejas, tan apetecibles para poder entener (aunque sea por simple aproximación intuitiva) las redes sociales.
La prosa, por otro lado, excelente, a pesar que el narrador es un cientifico y como tal hecho a tecnicismos y jergas muchas veces profanas para el común mortal.
Joya escondida entre los estantes.
Una vez más la mágia del azar para llegar al conocimiento.